Sierra Pintada: la “ruleta rusa nuclear” que vuelve a preocupar en San Rafael

El colapso reciente en la mina de uranio abandonada de Los Gigantes (Córdoba) encendió las alarmas en San Rafael por la situación de Sierra Pintada, cerrada desde 1997 y aún sin remediación efectiva.

Allí permanecen diques precarios, agua contaminada y más de 5.200 tambores con material radioactivo enterrados, lo que representa un riesgo ambiental latente.

Aunque en 2019 la CNEA obtuvo la Declaración de Impacto Ambiental para iniciar un plan de limpieza, la propia ministra de Energía, Jimena Latorre, reconoció que la remediación nunca comenzó por falta de presupuesto.

A esto se suma que la Corte Suprema prohibió su reapertura hasta sanear los pasivos, un fallo que frena cualquier intento de reflotar la explotación.

Desde la Asamblea por el Agua y referentes políticos como Mario Vadillo advierten que la mina es “una bomba de tiempo” cuyo impacto podría llegar al Río Diamante y comprometer la producción y el turismo regional. El caso de Córdoba vuelve a mostrar que dejar pasivos nucleares sin control es jugar a una peligrosa ruleta rusa ambiental.