La ruta infinita de Marina: sola, en camper y sin apuro pasó por el Sur Mendocino
- Editor Digital
- hace 5 días
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Marina Zavalia nació en Buenos Aires, pero siempre estuvo más cerca del aire libre que del cemento. Creció entre el campo pampeano y las sierras de La Cumbre, y aunque se recibió de abogada con diploma de honor, el título terminó guardado: la aventura le ganó al expediente.

Primero viajó por los libros; después, por el mundo. Recorrió sola los Alpes Suizos y Austriacos, Escocia, la isla de Skye, la Selva Negra y una docena de países, siempre buscando montañas y caminos tranquilos. África le cambió la brújula: en Tanzania hizo voluntariado, aprendió a moverse sin idioma y exploró algunos de los paisajes más salvajes del continente.
Hoy, con 30 años y 16 países a cuestas, dice que viajar sola es la mejor forma de encontrarse con otros. De esa filosofía nació Ankaterra, su proyecto para recorrer la Argentina en campervan e invitar a más gente a conectar con la naturaleza, ya sea desde un caballo, un parapente o una montaña.
Mendoza fue una de sus primeras paradas. En San Rafael la enamoraron los amaneceres del Cañón del Atuel. Ahora volvió con mejores condiciones climáticas y encaró hacia la cordillera y el sur: pasó por La Payunia, siguió por Bardas Blancas y se metió rumbo a Neuquén por una ruta áspera, pero inolvidable.
Entre volcanes negros, ripio eterno y paisajes que obligan a frenar, Marina Zavalia sigue cumpliendo su sueño de recorrer el país a su ritmo: despacio, conectando con la gente y dejando que cada kilómetro le recuerde qué es, de verdad, la libertad.
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