No tire los limones usados: ¡descubre cómo conservarlos durante más tiempo!
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- 9 ene
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Los limones, con su aroma hechizante y su sabor ácido, son imprescindibles en la cocina. Pero, ¿qué hacer con las sobras cuando sólo se utiliza una parte de esta fruta? Te dejamos algunas técnicas sencillas y eficaces para prolongar su frescura, evitar el desperdicio y maximizar su uso.

1. En la nevera: el método clásico
Si tienes medio limón o incluso un gajo sin usar, guardarlo en la nevera es una solución rápida y práctica. Te explicamos cómo hacerlo:
Envuelve la parte cortada en film transparente o colócala en un recipiente hermético. Así protegerás el limón del aire y ralentizarás su oxidación.
Bolsa de plástico o de congelación hermética: Una bolsa hermética (idealmente reutilizable) retiene la humedad y evita que la pulpa se seque.
Ventajas:
Conservación de 5 a 7 días.
Sencilla, rápida e ideal para evitar desperdicios.
Opción sostenible con película de cera de abeja o bolsas reutilizables.
2. En agua: un método natural e inteligente
Una alternativa es sumergir un limón cortado en un recipiente lleno de agua. Así se mantiene la pulpa hidratada y jugosa. Cambia el agua cada día para mantenerlo fresco.
Ventajas:
No requiere ningún equipamiento especial.
Perfecto para tener los limones siempre a mano.
Se conservan hasta 3 o 4 días, sobre todo si se guardan en el frigorífico.
3. Congelar el zumo y la piel
La congelación es la forma ideal de disfrutar de los limones mucho tiempo después de haberlos comprado.
Zumo: Exprime los limones y congela el zumo en cubiteras.
Cáscara: Ralla la cáscara y guárdala en una bolsa hermética en el congelador.
Ventajas:
Residuo cero: se aprovecha todo el limón.
Disponible todo el año para aromatizar tus platos, postres, bebidas o aliños.
Conservación óptima: el zumo se mantiene fresco hasta 6 meses y la ralladura conserva su sabor hasta 3 meses.
4. Conservación de limones en salmuera
Para los amantes de los sabores complejos, los limones encurtidos en salmuera son una opción fabulosa. Este método tradicional consiste en sumergir limones enteros o en rodajas en una solución de agua y sal. Dejar fermentar durante varias semanas.
Ventajas:
Sabor único e intenso, perfecto para recetas marroquíes o indias.
Larga conservación: hasta varios meses, incluso un año, en un lugar fresco y oscuro.
Un ingrediente valioso y versátil para tus platos.
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