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El Organismo Internacional de Energía Atómica mira con atención el uranio de San Rafael y Malargüe

Una misión del Organismo Internacional de Energía Atómica evaluó en el país el estado del marco regulatorio y la infraestructura vinculada a la minería de uranio, y puso nuevamente en foco a Mendoza.


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En el mapa que revisa el organismo aparecen 17 proyectos en el país y 2 en Mendoza.  El ojo está puesto en San Rafael y Malargüe, donde convergen históricos yacimientos, nuevos proyectos exploratorios y un renovado interés del Gobierno nacional por reactivar la actividad.

 

Sierra Pintada –aún pendiente de remediación ambiental y con reservas estimadas en hasta 10.000 toneladas– sigue figurando como uno de los activos más codiciados del país, mientras que el proyecto Huemules, en Malargüe, regresó a la agenda tras su venta a la canadiense Jaguar Uranium, que además mostró interés en avanzar sobre otras áreas del sur mendocino.

 

A esto se suman los hallazgos declarados por Apeleg S.A. en el Distrito Minero Occidental, que abren otro frente en una zona ya cargada de tensiones.

 

El avance de capitales privados, el interés geopolítico por el uranio y la misión del OIEA reavivaron un debate que en Mendoza nunca termina de cerrarse: cómo compatibilizar la explotación de un recurso estratégico con los reclamos por la falta de remediación en Sierra Pintada y la histórica oposición social a la megaminería.

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